“Uno de cada 17 accidentes mortales en carretera está directamente relacionado con el estado de los neumáticos”, indica la revista francesa Valeurs actuelles. Estudios realizados por el fabricante de neumáticos Michelin revelaron que, “en 2002, 2 vehículos de cada 3 tenían al menos un neumático que estaba constantemente con poca presión”. Pierre Menendes, director de comunicación técnica de la empresa, comenta: “Los conductores creen, erróneamente, que llenar los neumáticos demasiado puede hacer que estallen, y que eso es más peligroso que llenarlos poco. Sucede exactamente lo contrario”. Cuando la presión de los neumáticos es muy inferior a la normal, se tarda más en frenar, se pierde agarre en las curvas y, según la noticia, “al dar un volantazo puede perderse el control del automóvil”. Además, al disminuir la presión, el neumático se deforma y sus componentes se calientan, lo que puede ocasionar que se reviente de golpe.
