Filippo Inzaghi, conocido mejor como el Pippo y de unos años para acá por sus goles como Super Pippo, ha perfeccionado el arte de romper el fuera de juego. Es un dolor de cabeza para los linieres de turno, quienes a menudo se equivocan por lo cerrado de las jugadas y lo preciso de sus movimientos. El es de esos jugadores que pareciera que el balón les sigue y no a la inversa.
Hace un tiempo yo era un escéptico, pero me convenció a fuerza de goles y sobre todo, lo trascendental de los que marca. Yo recuerdo a algunos goleadores que marcaban más de 15 goles en una temporada, pero 3 o 4 en partidos sin importancia o ya bien definidos. En cambio, los de Super Pippo casi siempre son indispensables para los resultados.
Otros alegan lo poco estético de su estilo, y es verdad. Jamás hubo un goleador de raza tan aparatoso y con tan poca elegancia. Pero hay una realidad innegable en el fútbol, y es que un gol feo vale lo mismo que uno bonito; suben al marcador y es lo que cuenta.Yo no dudo de las ganas y la calidad que tiene el resto del plantel campeón del mundo, pero es un marcado error de Roberto Donadoni dejarlo en casa.
La Eurocopa comienza el 7 de junio y los resultados quedarán escritos en la historia. Y más de uno recordará al Super delantero sí Italia sufre apuros contra Francia, Rumanía y Holanda, y los que vengan en próximas rondas, sí es que sobreviven al más complicado grupo que Europa haya sorteado.
Jesús A. Famiglietti
jesusfamiglietti@gmail.com
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