Cuando Christopher Grotke fue a atender una llamada en su puerta de madrugada, no esperaba que se tratara del ayudante del sheriff. Tampoco pensaba que éste le anunciaría una demanda de índole civil por considerar su portal un libelo. Su web de periodismo ciudadano, iBrattleboro.com, publicó un comentario que decía que una mujer de esta localidad de Vermont era infiel. Entonces, la acusada actuó contra Grotke para que rectificara o suprimiese el comentario.
No es un caso marginal. Según el periódico Christian Science Monitor, la comunidad de blogueros se enfrenta cada día a más pleitos y amenazas que les obligan a cesar o desistir de hacer su trabajo. Según el Centro de Recursos Legislativos de Medios no lucrativos de Nueva York, desde 2004 ha habido 159 acciones judiciales civiles y criminales que implican a algún bloguero. Siete casos ya han causado veredictos contra esta nueva especie de informadores, con penas que suman 18,5 millones de dólares. Sin embargo, varios procesos se suspenden por falta de pruebas.
¿El resultado? Los activistas de derechos digitales, los abogados de medios de comunicación y los propios blogueros lo tienen claro. Así sólo se consigue sofocar el discurso libre en un medio que proporciona más libertad que ningún otro.
Los blogueros afrontan amenazas mucho más espinosas en el extranjero, sobre todo si critican gobiernos o abusan contra algún derecho humano.
Según el Informe de Acceso de Información Mundial, publicado el mes pasado por la Universidad de Washington, 64 de estos informadores han sido detenidos desde 2003 en lugares como Egipto, China o Irán. En este último país se han apresado a más de la mitad de ellos y, por contraste, en Estados Unidos sólo se han detenido a dos.
Para el profesor de la Universidad de Washington, Philip Howard y otros expertos, “la ley está estrechando el cerco a los blogueros”. La idea es que nadie salga indemne si comete alguna difamación, por mucho que sólo haya expresado su sentir como ciudadano. Lo que es evidente es que nadie sugiere ya que los blogs pueden publicar lo que les venga en gana.
Christopher Grotke consiguió convencer al juez de que su web no era un libelo, pero no todos los blogueros tienen tanta suerte. Las posibilidades de ejercer la libertad de expresión aumentan considerablemente en la Red, pero ahora también lo hace la responsabilidad. (Fuente)
No es un caso marginal. Según el periódico Christian Science Monitor, la comunidad de blogueros se enfrenta cada día a más pleitos y amenazas que les obligan a cesar o desistir de hacer su trabajo. Según el Centro de Recursos Legislativos de Medios no lucrativos de Nueva York, desde 2004 ha habido 159 acciones judiciales civiles y criminales que implican a algún bloguero. Siete casos ya han causado veredictos contra esta nueva especie de informadores, con penas que suman 18,5 millones de dólares. Sin embargo, varios procesos se suspenden por falta de pruebas.
¿El resultado? Los activistas de derechos digitales, los abogados de medios de comunicación y los propios blogueros lo tienen claro. Así sólo se consigue sofocar el discurso libre en un medio que proporciona más libertad que ningún otro.
Los blogueros afrontan amenazas mucho más espinosas en el extranjero, sobre todo si critican gobiernos o abusan contra algún derecho humano.
Según el Informe de Acceso de Información Mundial, publicado el mes pasado por la Universidad de Washington, 64 de estos informadores han sido detenidos desde 2003 en lugares como Egipto, China o Irán. En este último país se han apresado a más de la mitad de ellos y, por contraste, en Estados Unidos sólo se han detenido a dos.
Para el profesor de la Universidad de Washington, Philip Howard y otros expertos, “la ley está estrechando el cerco a los blogueros”. La idea es que nadie salga indemne si comete alguna difamación, por mucho que sólo haya expresado su sentir como ciudadano. Lo que es evidente es que nadie sugiere ya que los blogs pueden publicar lo que les venga en gana.
Christopher Grotke consiguió convencer al juez de que su web no era un libelo, pero no todos los blogueros tienen tanta suerte. Las posibilidades de ejercer la libertad de expresión aumentan considerablemente en la Red, pero ahora también lo hace la responsabilidad. (Fuente)
Como abogado les sugiero a mis compañeros bloggers que antes de escribir deben estar MUY SEGUROS de lo que hacen.
ResponderEliminarEn mi caso, he dado algunas exclusivas en mi blog, no sin antes VERIFICAR LAS FUENTES.
Tambien hay que ser cuidadoso con los terminos empleados, en especial cuando un tema tiene como protagonista a cualquier entidad personal o civil de por medio.
Buena sugerencia Manuel. Gracias.
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