"De repente, mi vida pasó a ser un libro abierto y todo el mundo me reconocía. A veces ni siquiera podía ir al supermercado a comprar comida porque no me dejaban tranquila", fueron las primeras palabras de Lorena, quien se mostró tranquila y serena ante las cámaras de televisión.
Hoy, la que era una joven ecuatoriana de 24 años que apenas hablaba inglés y que fue absuelta de su crimen por alegar locura temporal, es una mujer de 39, muy segura de sí misma. Trabaja como agente inmobiliaria y el mes que viene obtendrá la licencia para abrir una peluquería.
"Mi autoestima ha crecido mucho y no se puede comparar a la que tenía en ese entonces", cuenta. "Aprendí a vivir con esto. No puedo esconderme de mi pasado ni evitar a la gente. Tuve que tomar una decisión y elegí seguir con mi vida y salir adelante". [...]
En aquella noche de junio Lorena, explicó que su esposo llegó ebrio y la golpeó, luego fue violada, fue entonces que ella decidió esperar que John se duerma y luego tomó un cuchillo de cocina y le cortó el miembro. El hombre fue llevado de urgencia a un hospital se recuperó el pene cercenado y tras varias horas se le insertó uno nuevo.
