El astronauta estadounidense Garrett Erin Reisman, que regresó del espacio en el transbordador Discovery hace apenas dos meses, aseguró hoy que se ha vuelto más ecologista desde que observó la fragilidad de la Tierra desde el exterior.
"Cuando vi la Tierra desde arriba por primera vez era preciosa, impresionante, estaba en paz, pero lo que realmente cambió mi manera de pensar fue ver el horizonte, porque me hizo darme cuenta de que nuestro planeta es mucho más frágil de lo que yo creía, así que me he vuelto más ecologista desde entonces", aseguró el astronauta.
Tres meses en el espacio
Reisman acudió hoy al Museo de Historia Natural de Nueva York, donde ofreció una charla y compartió con jóvenes de la ciudad su experiencia durante tres meses girando alrededor de la Tierra a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Este experto en ingeniería mecánica llegó a la ISS a bordo del transbordador espacial "Endeavour" el pasado 11 de marzo y volvió a la Tierra con la tripulación de la misión STS-124 en el Discovery el 14 de junio.
"El regreso a la Tierra fue realmente suave y sin complicaciones, como en un avión, no tuve que utilizar la bolsa para el mareo que llevaba en la mano", señaló ante las decenas de niños y jóvenes que le escuchaban atentamente.
Un nuevo día cada tres cuartos de hora
Reisman, de 40 años y natural de Nueva Jersey, animó a los jóvenes a que se interesen por la astronomía y les explicó todas las curiosidades que le preguntaron, como sus impresiones durante el viaje o la manera en que se adaptó a la vida en el espacio.
"Tu cerebro se confunde, es difícil mantener el equilibrio y dormir", porque, según explicó, cada 45 minutos aproximadamente sale el sol de nuevo.
Por ello, "tomamos como referencia el horario del meridiano de Greenwich, y nos levantamos y acostamos como se haría en Londres", relató el astronauta, para quien "lo más extraordinario" de su experiencia en el exterior fueron los paseos espaciales.
Hay vida por todas partes
Cuando una niña le preguntó si alguna vez había visto alienígenas, Reisman bromeó al señalar que no los vio, porque son muy pequeños y viven en las camas de los niños.
Sin embargo, apuntó que tras la confirmación de la presencia de agua en Marte existen muchas posibilidades de "encontrar vida muy pronto, como virus o bacterias".
"Si hay vida en los dos primeros planetas que hemos investigado (la Tierra y Marte), es difícil pensar que ése no será el caso de todos los demás", añadió.
"Cuando vi la Tierra desde arriba por primera vez era preciosa, impresionante, estaba en paz, pero lo que realmente cambió mi manera de pensar fue ver el horizonte, porque me hizo darme cuenta de que nuestro planeta es mucho más frágil de lo que yo creía, así que me he vuelto más ecologista desde entonces", aseguró el astronauta.
Tres meses en el espacio
Reisman acudió hoy al Museo de Historia Natural de Nueva York, donde ofreció una charla y compartió con jóvenes de la ciudad su experiencia durante tres meses girando alrededor de la Tierra a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Este experto en ingeniería mecánica llegó a la ISS a bordo del transbordador espacial "Endeavour" el pasado 11 de marzo y volvió a la Tierra con la tripulación de la misión STS-124 en el Discovery el 14 de junio.
"El regreso a la Tierra fue realmente suave y sin complicaciones, como en un avión, no tuve que utilizar la bolsa para el mareo que llevaba en la mano", señaló ante las decenas de niños y jóvenes que le escuchaban atentamente.
Un nuevo día cada tres cuartos de hora
Reisman, de 40 años y natural de Nueva Jersey, animó a los jóvenes a que se interesen por la astronomía y les explicó todas las curiosidades que le preguntaron, como sus impresiones durante el viaje o la manera en que se adaptó a la vida en el espacio.
"Tu cerebro se confunde, es difícil mantener el equilibrio y dormir", porque, según explicó, cada 45 minutos aproximadamente sale el sol de nuevo.
Por ello, "tomamos como referencia el horario del meridiano de Greenwich, y nos levantamos y acostamos como se haría en Londres", relató el astronauta, para quien "lo más extraordinario" de su experiencia en el exterior fueron los paseos espaciales.
Hay vida por todas partes
Cuando una niña le preguntó si alguna vez había visto alienígenas, Reisman bromeó al señalar que no los vio, porque son muy pequeños y viven en las camas de los niños.
Sin embargo, apuntó que tras la confirmación de la presencia de agua en Marte existen muchas posibilidades de "encontrar vida muy pronto, como virus o bacterias".
"Si hay vida en los dos primeros planetas que hemos investigado (la Tierra y Marte), es difícil pensar que ése no será el caso de todos los demás", añadió.
Vía www.adn.es/
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