
El taxista, Rubén M.P. al finalizar su turno, encontró en los asientos traseros un teléfono móvil del que se apoderó. El acusado sostuvo en el juicio que guardó el móvil en la guantera pero "lejos de intentar devolverlo", dice la sentencia, al cabo de dos días lo llevó a su casa e incluso su mujer realizó dos llamadas con él.
Además, aunque el propietario del teléfono denunció la sustracción ante la Policía y se avisó a las centrales de taxi para que transmitieran el aviso por radio, el resultado fue infructuoso. Finalmente, el móvil fue recuperado. El Juzgado califica los hechos como un delito de apropiación indebida y condena por ello al taxista a cumplir una pena de seis meses de prisión. [Fuente]
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