Yo siempre he sido muy escéptico por naturaleza. Se me hace difícil, por ejemplo, pensar que la selección de fútbol de Venezuela pudiera llegar a un mundial, aunque es muy cierto que desde hace años ya, ha dado un gran salto de calidad y hoy en día, con defectos y virtudes, es un equipo con madurez y oficio. Cuando llegó a la vinotinto el ya desaparecido José Omar Pastoriza, él comenzó una guerra para mejorar la calidad de los gramados de los estadios. Y eso funcionó porque mejoraron y mejoró la calidad de juego en general. Fue para esos años en que vi que la selección comenzó a hacer cambios de frente y a tratar con criterio el balón. Lamentablemente no llegaron los resultados, y el fútbol, como todo en la vida, no perdona sí no hay resultados. De está forma llegó el Dr. Richard Páez a dirigir la máxima selección nacional, y con él, los resultados. Yo siempre pensé que el cosechó lo que el Pato sembró y lo mantengo, pero su mérito ha sido continuar esa labor y llevarla más allá. A él se le critican muchas cosas. Puede ser que haya alguien que lo haga mejor, pero este es un momento donde había que dejarlo trabajar en paz, en medio de una clasificación mundialista y con buenos resultados.
Con respecto a su hijo, Ricardo David Páez, soy cauteloso, porque pienso que hubo días donde se destacó enormemente en la cancha y aún así iba para el banquillo de forma prematura desde mi punto de vista, así como lo vi perdido en la cancha; es por esto que no pienso que esté allí porque sea su hijo, sino porque él, como entrenador, pensaba que era un jugador más de la selección. Claro, discrepo de algunas decisiones, pero por lo menos en este proceso eliminatorio lo he visto perder ante Argentina y Colombia haciendo lo correcto, jugando sus cartas adecuadas y eso no lo ha terminado de entender el fanático, hay que aceptar de buena gana cuando el rival ha sido superior. Irónicamente ante Bolivia, rival contra el que sí se sumo tres puntos, me parece que el equipo jugo realmente mal, sin que eso signifique que no hayan sudado la camiseta, porque el esfuerzo fue enorme. Pero precisamente en ese juego, los insultos que fueron escupidos desde las gradas de Pueblo Nuevo, fueron un pago absolutamente injusto para un ser humano que, con defectos y virtudes, ha llevado a lo más lejos que a soñado a esta selección, dejándola de forma provisional en zona de repechaje.
Yo trato de ponerme en su lugar y pienso que muy probablemente habría hecho lo mismo y renunciar. Pero ya el daño está hecho y sólo espero que en adelante, el público impaciente sea más educado con el próximo entrenador y comprenda desde un principio que debe empezar desde cero, que los jugadores deben adaptarse a nuevas ideas y estrategias. En sí, esto ha sido más inoportuno que un embarazo en pleno divorcio. Sólo espero dos cosas ahora: que la vinotinto pueda seguir sumando (para seguir soñando) y que el Dr. Richard Páez tenía éxito en la próxima actividad que lleve a cabo. Por su trabajo esto años, mis más sincero agradecimiento.
Jesús A. Famiglietti
jesusfamiglietti@gmail.com
Con respecto a su hijo, Ricardo David Páez, soy cauteloso, porque pienso que hubo días donde se destacó enormemente en la cancha y aún así iba para el banquillo de forma prematura desde mi punto de vista, así como lo vi perdido en la cancha; es por esto que no pienso que esté allí porque sea su hijo, sino porque él, como entrenador, pensaba que era un jugador más de la selección. Claro, discrepo de algunas decisiones, pero por lo menos en este proceso eliminatorio lo he visto perder ante Argentina y Colombia haciendo lo correcto, jugando sus cartas adecuadas y eso no lo ha terminado de entender el fanático, hay que aceptar de buena gana cuando el rival ha sido superior. Irónicamente ante Bolivia, rival contra el que sí se sumo tres puntos, me parece que el equipo jugo realmente mal, sin que eso signifique que no hayan sudado la camiseta, porque el esfuerzo fue enorme. Pero precisamente en ese juego, los insultos que fueron escupidos desde las gradas de Pueblo Nuevo, fueron un pago absolutamente injusto para un ser humano que, con defectos y virtudes, ha llevado a lo más lejos que a soñado a esta selección, dejándola de forma provisional en zona de repechaje.
Yo trato de ponerme en su lugar y pienso que muy probablemente habría hecho lo mismo y renunciar. Pero ya el daño está hecho y sólo espero que en adelante, el público impaciente sea más educado con el próximo entrenador y comprenda desde un principio que debe empezar desde cero, que los jugadores deben adaptarse a nuevas ideas y estrategias. En sí, esto ha sido más inoportuno que un embarazo en pleno divorcio. Sólo espero dos cosas ahora: que la vinotinto pueda seguir sumando (para seguir soñando) y que el Dr. Richard Páez tenía éxito en la próxima actividad que lleve a cabo. Por su trabajo esto años, mis más sincero agradecimiento.
Jesús A. Famiglietti
jesusfamiglietti@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario