La red social de Marc Zuckerberg ha prohibido la promoción de otras redes sociales como Twitter, Tuenti o Google+, entre otras. Lo que Facebook pretende es evitar que los programadores dirijan el tráfico de sus aplicaciones afuera.
Facebook ha renovado sus políticas internas sorprendiendo una de las cláusulas. Concretamente hablamos de la opción que prohíbe los vínculos o promoción hacía otras redes sociales como Twitter, Tuenti o Google+, entre otras. También han vetado a cualquiera que premie con dinero virtual, bienes o descargas a aquellos usuarios que deseen unirse a otras sitios que no sea Facebook.
La red social más grande del mundo quiere evitar así que los programadores dirijan el tráfico de sus aplicaciones a otro destino que no sea el de Marc Zuckerberg. Tanto es así, que Facebook puede banner y/o eliminar las cuentas de su servicio si descubre enlaces hacía la competencia.
Facebook, por su parte, ha asegurado que esta actualización de la política interna no se aplica a la promoción de las aplicaciones móviles o de plataformas disponibles mediante la web del desarrollador.
Sin duda, esto deja más que patente el miedo que le tiene la red social más grande del mundo a Google+. El Gigante de Internet ha apostado fuerte por su nuevo sitio y esto Facebook lo sabe y se está dando cuenta que si no hace algo, pronto podría comenzar a ver pérdidas de usuarios.
Escrito por: Anabel Osuna.
Foto; Facebook Press Conference.
Mark Zuckerberg, founder and CEO, shows off the new messaging system in Facebook.
El inicio de Google+ parecía muy prometedor, incluso alcanzó 25 millones de suscriptores en un mes, sin embargo, darse de alta en la red no lo es todo, sigue un largo camino que es usar el sitio.
El 83 por ciento de los suscriptores de Google+ están parcial o totalmente inactivos, según la consultora Bime Analytics, la mayoría de ellos pasan días sin ingresar al sitio.
Si bien, en un inicio la red social causó furor, ahora Google+ se enfrenta a un reto mayor hacer que su suscriptores se apropien de sitio y lo hagan parte de su vida cotidiana, tal como sucedió con Facebook y Twitter.
Vía Pateando Piedras.
Foto de Eneas.
El Jueves Negro tuvo lugar el 24 de octubre de 1929, día en el que dio comienzo la caída en la Bolsa de Nueva York y con ella el Crack del 29 y la Gran Depresión. El desplome de la Bolsa de Valores de Nueva York el Jueves Negro produjo una situación de verdadero pánico que provocó la posterior crisis bancaria en Estados Unidos.
Preliminares
Desde marzo de 1929 se llevaban viviendo en la Bolsa bruscas caídas del índice por ventas desmesuradas. Las caídas eran generalmente seguidas de recuperaciones en las que se lograba igualar, e incluso superar, los índices previos.
El domingo del miedo
En marzo se sucedieron tres semanas de subidas constantes; al mismo tiempo reinaba la sensación de que la Bolsa estaba muy sobrevalorada. En ese momento comenzó a difundirse el rumor, no falto de fundamento, de que el Consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos se estaba reuniendo a diario y en secreto para no despertar recelos. Durante el fin de semana del 23 al 24 de marzo se supo que el Consejo se había reunido incluso el sábado, lo que desencadenó una venta masiva el lunes 25. Uno de los vendedores fue el fundador de la dinastía Kennedy, Joe Kennedy, quien, tras una conversación con su limpiabotas en la que este le recomendaba comprar acciones de empresas del ferrocarril y petroleras, formuló la frase según la cual, si cualquiera podía invertir en bolsa y un limpiabotas predecir lo que iba a ocurrir, esto significaba sin duda que el mercado estaba sobrevalorado.
El lunes el índice cayó 9,5 puntos y el martes siguiente algunos valores perdían 3 puntos por hora vendiéndose ocho millones de títulos. Sobraba papel, faltaba dinero y aumentaban los intereses por éste que llegaban incluso al 20%. Sin embargo, un inversor con muchos intereses en el mercado de valores y muchos recursos le plantó frente. Charles E. Mitchell, presidente del National City Bank, empleó los recursos del banco para comprar todos los títulos y dar la sensación de que había esperado un descenso excesivo para comprar, lo que hizo recuperar la confianza en el mercado.
El fenómeno absurdo
El viernes 18 de octubre de 1929 comenzaron a venderse acciones y cundió el pánico en algunos sectores de Wall Street, saliendo a la venta 8 millones de acciones, descendiendo ese día el índice 7 puntos, y el sábado otros 12 puntos. Sin embargo, inversores ricos, empresas de inversión y bancos comenzaron a comprar convencidos de que sería una caída momentánea.
Nuevamente se difundía la idea de la normalidad del mercado y seguían las críticas a quienes vaticinaban un desplome repentino. Realmente estaban estafándose a sí mismos, pero lograron detener momentáneamente la caída e incluso imprimir un pequeño ascenso en el valor de las acciones, pese a ser un espejismo, como se vería durante la semana siguiente.
El día de la caída
El 24 de octubre, tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a descender la Bolsa un 9%;2 pero en aquella ocasión no había un banco que comprara las bolsas o una amalgama de inversores que pusiera freno.
El pánico fue tan grande que la policía debió clausurar la bolsa. Se llegaban a ofrecer paquetes de acciones a un tercio de su valor, sin encontrar comprador.
Muchos millonarios y ricos inversores se lanzaban desde los rascacielos,3 incapaces de asumir la gran depresión que se avecinaba y que nadie quiso ver.
No obstante a las 13:00 horas se produjo el milagro de la subida, gracias a la entrada de entre 20 y 30 millones de dólares invertidos por los bancos, que hizo subir la Bolsa, perdiendo finalmente ésta sólo un 12% de su valor.1
Con todo y con eso el Jueves Negro no fue el peor día. Tras una recuperación el viernes, y otra pequeña el lunes, se produjo el Martes Negro (29 de octubre), donde el índice de la Bolsa descendió más que en ninguna otra jornada de la Bolsa. Las bajadas continuaron hasta el mes de noviembre cuando se tocó fondo.
Vía Wikipedia.
Foto Black Thursday.
"El día peor empleado es aquél en que no se ha reído."
Chamfort
Foto Smile.
Sabemos que la redacción de noticias para una página web es distinta a la de un medio impreso: enlaces, integración multimedia, palabras claves para el SEO, etc. Sin embargo, en opinión de Vladim Lavrusik del Nieman Journalism Lab, continuamente se puede mejorar la estructura de los textos para sitios web. Aquí algunos apuntes.
Contexto. El reto es ofrecer contexto incluso en esta época, donde se publica nueva información cada segundo y donde la tendencia es publicar textos cortos. Parte de la solución puede ser la inclusión de recursos multimedia como Storify, que permite organizar la historia sin perder el contexto.
Social. Las redes sociales han cambiado la forma de consumir noticias, así que hay que pensar en un diseño que incluya estas redes sociales. Es importante, por ejemplo, que los lectores puedan compartir y comentar las noticias con sus amigos.
Personalización. Uno de los beneficios de la web social es la posibilidad de personalizar las noticias. El objetivo es usar esta información para ofrecer noticias que realmente interesen a los lectores. También es crucial desde el punto de vista empresarial porque los editores aprenden más sobre sus audiencias, lo que servirá para publicidad, ofertas y otros servicios.
Móvil. Es imposible pensar el periodismo de ahora sin incluir a los teléfonos móviles. Y los retos no sólo son con respecto al diseño, sino también con la creación de contenidos. Los periodistas pueden publicar textos cortos para dispositivos con pantallas pequeñas, mientras que se pueden escribir notas más largas para tabletas con pantallas más grandes.
Participación. Esto incluye que el público participe en la conversación y en la producción de noticias. Los usuarios pueden tomar fotos y grabar vídeos desde sus teléfonos celulares, y los periodistas pueden aprovechar esto. Iniciativas como iReport son importantes en ese sentido.
Vía Clases de Periodismo.
Foto KDM Digital Journalism students.