Un equipo multidisciplinar de científicos reveló que la Tierra tendría 8,7 millones de especies, según un estudio realizado con una nueva técnica que les ha permitido hacer el censo animal más exacto hasta el momento. Según las estimaciones de un grupo de científicos del Census of Marine Life publicadas en un artículo en la revista PLoS Biology habría 6,5 millones de especies en la tierra y 2,2 millones (un 25% del total) en las profundidades del océano.
Hasta ahora, diferentes estudios habían dado un rango entre 3 y 100 millones, pero para los científicos es fundamental tener un dato más preciso para poder conocer las especies antes de que desaparezcan. "La cuestión de cuántas especies existen ha intrigado a los científicos durante siglos", señaló Camilo Mora, profesor de la Universidad de Dalhousie en Halifax (Canadá) y autor del estudio.
Mora destacó que "es especialmente importante conocer la cantidad de especies ahora porque la actividad humana y su influencia (en la naturaleza) tiene un impacto en la aceleración de la extinción". Según sus cálculos, aproximadamente el 86% de las especies terrestres y el 91% de las marinas aún no se han descubierto.
El estudio se ha basado en la identificación de patrones numéricos en el sistema de clasificación taxonómica, que crea grupos en una jerarquía piramidal por género, familia, orden, clase, reino y dominio. El equipo ha analizado 1,2 millones de especies que recoge el Catálogo de la Vida y el Registro Mundial de Especies Marinas y han descubierto una relación numérica entre los niveles taxonómicos superiores y el nivel de especie.
"Hemos descubierto que, utilizando los números de los grupos taxonómicos superiores, podemos predecir el número de especies", indicó el doctor Sina Adl de la Universidad de Dalhousie, co-autor del estudio. Adl señaló que con este método han podido calcular con exactitud el número de especies en varios grupos bien documentados, como los mamíferos, los peces y las aves, lo que ha demostrado la validez del método.
"Muchas especies pueden desaparecer antes de que siquiera sepamos su existencia, su nicho y su función en los ecosistemas, así como de su posible contribución a mejorar el bienestar humano", advierten los investigadores.
En total calculan que hay 7,77 millones de especies de animales, de los cuales 953.434 ya se han descrito y catalogado; 298.000 especies de plantas, de las que ya hay registradas 215.644, y 611.000 especies de hongos, de los cuales 43.271 también están registrados. Además, habría 36.400 especies de protozoos (organismos unicelulares) de los cuales se han descrito 8.118. A ellos habría que sumar 27.500 especies de Chromista, que incluye a especies de algas pardas y mohos acuáticos, entre otros, de los cuales 13.033 se han descrito y catalogado, y el resto serían organismos acuáticos.
Los expertos señalan que los beneficios prácticos de los descubrimientos taxonómicos son muchos y ponen como ejemplo la creación de nuevas variedades de arroz más resistentes, como las desarrolladas en la década de los setenta con el cruce de especies, algo que "sólo se puede hacer si tenemos el conocimiento taxonómico apropiado". "Teniendo en cuenta los problemas en ciernes de alimentar a una población mundial en crecimiento, los beneficios potenciales de aumento gradual de la exploración son claras", señala Robert May, ex presidente de la Royal Society británica, en un comentario que acompaña el estudio.
La red social de Marc Zuckerberg ha prohibido la promoción de otras redes sociales como Twitter, Tuenti o Google+, entre otras. Lo que Facebook pretende es evitar que los programadores dirijan el tráfico de sus aplicaciones afuera.
Facebook harenovado sus políticas internas sorprendiendo una de las cláusulas. Concretamente hablamos de la opción que prohíbe los vínculos o promoción hacía otras redes sociales como Twitter, Tuenti o Google+, entre otras. También han vetado a cualquiera que premie con dinero virtual, bienes o descargas a aquellos usuarios que deseen unirse a otras sitios que no sea Facebook.
La red social más grande del mundo quiere evitar así que los programadores dirijan el tráfico de sus aplicaciones a otro destino que no sea el de Marc Zuckerberg. Tanto es así, que Facebook puede banner y/o eliminar las cuentas de su servicio si descubre enlaces hacía la competencia.
Facebook, por su parte, ha asegurado que esta actualización de la política interna no se aplica a la promoción de las aplicaciones móviles o de plataformas disponibles mediante la web del desarrollador.
Sin duda, esto deja más que patente el miedo que le tiene la red social más grande del mundo a Google+. El Gigante de Internet ha apostado fuerte por su nuevo sitio y esto Facebook lo sabe y se está dando cuenta que si no hace algo, pronto podría comenzar a ver pérdidas de usuarios.
El inicio de Google+ parecía muy prometedor, incluso alcanzó 25 millones de suscriptores en un mes, sin embargo, darse de alta en la red no lo es todo, sigue un largo camino que es usar el sitio.
El 83 por ciento de los suscriptores de Google+ están parcial o totalmente inactivos, según la consultora Bime Analytics, la mayoría de ellos pasan días sin ingresar al sitio.
Si bien, en un inicio la red social causó furor, ahora Google+ se enfrenta a un reto mayor hacer que su suscriptores se apropien de sitio y lo hagan parte de su vida cotidiana, tal como sucedió con Facebook y Twitter.
El Jueves Negro tuvo lugar el 24 de octubre de 1929, día en el que dio comienzo la caída en la Bolsa de Nueva York y con ella el Crack del 29 y la Gran Depresión. El desplome de la Bolsa de Valores de Nueva York el Jueves Negro produjo una situación de verdadero pánico que provocó la posterior crisis bancaria en Estados Unidos.
Preliminares
Desde marzo de 1929 se llevaban viviendo en la Bolsa bruscas caídas del índice por ventas desmesuradas. Las caídas eran generalmente seguidas de recuperaciones en las que se lograba igualar, e incluso superar, los índices previos.
El domingo del miedo
En marzo se sucedieron tres semanas de subidas constantes; al mismo tiempo reinaba la sensación de que la Bolsa estaba muy sobrevalorada. En ese momento comenzó a difundirse el rumor, no falto de fundamento, de que el Consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos se estaba reuniendo a diario y en secreto para no despertar recelos. Durante el fin de semana del 23 al 24 de marzo se supo que el Consejo se había reunido incluso el sábado, lo que desencadenó una venta masiva el lunes 25. Uno de los vendedores fue el fundador de la dinastía Kennedy, Joe Kennedy, quien, tras una conversación con su limpiabotas en la que este le recomendaba comprar acciones de empresas del ferrocarril y petroleras, formuló la frase según la cual, si cualquiera podía invertir en bolsa y un limpiabotas predecir lo que iba a ocurrir, esto significaba sin duda que el mercado estaba sobrevalorado.
El lunes el índice cayó 9,5 puntos y el martes siguiente algunos valores perdían 3 puntos por hora vendiéndose ocho millones de títulos. Sobraba papel, faltaba dinero y aumentaban los intereses por éste que llegaban incluso al 20%. Sin embargo, un inversor con muchos intereses en el mercado de valores y muchos recursos le plantó frente. Charles E. Mitchell, presidente del National City Bank, empleó los recursos del banco para comprar todos los títulos y dar la sensación de que había esperado un descenso excesivo para comprar, lo que hizo recuperar la confianza en el mercado.
El fenómeno absurdo
El viernes 18 de octubre de 1929 comenzaron a venderse acciones y cundió el pánico en algunos sectores de Wall Street, saliendo a la venta 8 millones de acciones, descendiendo ese día el índice 7 puntos, y el sábado otros 12 puntos. Sin embargo, inversores ricos, empresas de inversión y bancos comenzaron a comprar convencidos de que sería una caída momentánea.
Nuevamente se difundía la idea de la normalidad del mercado y seguían las críticas a quienes vaticinaban un desplome repentino. Realmente estaban estafándose a sí mismos, pero lograron detener momentáneamente la caída e incluso imprimir un pequeño ascenso en el valor de las acciones, pese a ser un espejismo, como se vería durante la semana siguiente.
El día de la caída
El 24 de octubre, tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a descender la Bolsa un 9%;2 pero en aquella ocasión no había un banco que comprara las bolsas o una amalgama de inversores que pusiera freno.
El pánico fue tan grande que la policía debió clausurar la bolsa. Se llegaban a ofrecer paquetes de acciones a un tercio de su valor, sin encontrar comprador.
Muchos millonarios y ricos inversores se lanzaban desde los rascacielos,3 incapaces de asumir la gran depresión que se avecinaba y que nadie quiso ver.
No obstante a las 13:00 horas se produjo el milagro de la subida, gracias a la entrada de entre 20 y 30 millones de dólares invertidos por los bancos, que hizo subir la Bolsa, perdiendo finalmente ésta sólo un 12% de su valor.1
Con todo y con eso el Jueves Negro no fue el peor día. Tras una recuperación el viernes, y otra pequeña el lunes, se produjo el Martes Negro (29 de octubre), donde el índice de la Bolsa descendió más que en ninguna otra jornada de la Bolsa. Las bajadas continuaron hasta el mes de noviembre cuando se tocó fondo.